El caos en el seno del jurado fuerza al juez a declarar nula parte del juicio contra Weinstein

El culebrón del juicio más famoso del movimiento ‘Me Too’, que ha sentado en el banquillo en dos ocasiones, en 2020 y ahora, al antes todopoderoso productor de cine Harvey Weinstein, registró este jueves otro capítulo inesperado. El juez, incapaz de gobernar a un jurado enfrentado entre sí, declaró nula la parte del juicio que se refería a una acusación de violación, uno de los tres delitos por los que se juzgaba a Weinstein. Los otros dos se habían resuelto el miércoles: en uno lo hallaron culpable. En el otro, lo absolvieron.

La decisión del magistrado Curtis Faber, titular de un juzgado de Manhattan, en Nueva York, llega después de que aflorasen a principios de semana las disputas en el seno del jurado, formado por siete mujeres y cinco hombres, durante unas accidentadas deliberaciones que se prolongaron durante cinco días. Sus dictaron este miércoles una sentencia dividida (culpable/inocente) y se emplazaron para el día siguiente para continuar deliberando sobre el tercero de los delitos. El jueves, su presidente, que dijo que se sentía amenazado por algunos de sus compañeros, se negó a volver a reunirse para nuevas discusiones. En vista de lo cual, el juez decidió declarar nula esa parte del juicio.

Farber agradeció su trabajo a los jurados su servicio y lamentó, según los medios que estaban presentes en la sala, que “esta deliberación en particular” fuera “más acalorada que otras”. También dijo que había hablado con los demás y que los había visto “decepcionados”. No compartían, añadió Gaber, la descripción del presidente sobre lo que sucedió a puerta cerrada.

Las demandantes eran tres mujeres: la exasistente de producción de televisión Miriam Haley, la actriz Jessica Mann y la modelo Kaja Sokola. Las tres acusaron a Weinstein de usar su poder para abusar sexualmente de ellas. El jurado consideró probadas las acusaciones de Haley, pero no las de Sokola. El caso de Mann es el que ha quedado anulado.

El nuevo juicio suponía una repetición del que en 2020 resultó en una pena de cárcel de 23 años para Weinstein. El año pasado, el Tribunal de Apelaciones de Nueva York decidió, en una votación 4-3, que había que repetir el juicio, porque entonces se itieron testimonios de mujeres que hablaron de hechos por los que no se le estaba juzgando.

Otra condena en California

Tras esa anulación, el fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, reabrió el caso contra Weinstein, y añadió un nuevo cargo, que, basado en las acusaciones de Sokola, es el que no ha prosperado. Bragg, que se presenta a la reelección este año, alcanzó fama internacional entre 2023 y 2024, cuando logró la condena por 34 delitos graves del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, entonces candidato republicano, en el caso relacionado con un soborno a la estrella porno Stormy Daniels para que esta callara sobre una relación extramatrimonial que Trump niega. Pese a esa condena, el reo pudo presentarse a las elecciones, que ganó.

Durante la instrucción, Weinstein, que tiene otra condena en California de 16 años, pidió no esperar al juicio encerrado en la cárcel de Rikers, y adujo motivos de salud. El juez le autorizó a hacerlo en el hospital Bellevue en Nueva York. A la vista compareció en silla de ruedas. “Estoy en una situación grave, de emergencia. Le ruego al tribunal que me permita salir de este infierno lo más rápido posible”, dijo al juez, Curtis Faber. En enero, solicitó a Faber que adelantara la vista. Weinstein tiene leucemia y diabetes y sufre problemas cardíacos.

La anulación del juicio que ahora se repetía fue interpretada como un golpe para el movimiento ‘Me Too’, que surgió en 2017 después de que en dos investigaciones periodísticas separadas, la revista New Yorker y el periódico The New York Times, desvelaran acusaciones de décadas de abusos de poder del productor cinematográfico. Aquello abrió la espita de las confesiones públicas de mujeres del mundo del cine contra Weinstein y contra otros hombres poderosos de Hollywood.

Weinstein lleva desde 2022 entre rejas en la prisión de Rikers Island, en Nueva York, tras recibir una condena de 16 años por el otro caso, en California. En aquella ocasión fue declarado culpable de violación, sexo oral forzado y conducta sexual inconveniente. Ese caso está siendo objeto de apelación, aunque todo indica que pasará el resto de sus días en prisión.