De un US Open a otro, los 300 días locos de Josele Ballester
El golfista castellonense disputa en Oakmont su primer grande como profesional (+6) tras hacer historia como amateur, vivir un polémico Masters y fichar por LIV. Jon Rahm está entre los mejores con -1


Josele Ballester no podía imaginar aquella mañana de domingo, justo el día en que cumplía 21 años, que su carrera y su vida iban a cambiar tanto en tan poco tiempo a partir de ese momento. Era el 18 de agosto de 2024 y esa tarde el golfista castellonense se convirtió en el primer español en la historia en conquistar el US Open amateur. El hito que no alcanzaron Seve, Olazabal, Sergio García o Jon Rahm le colocaba de repente en el gran escaparate mundial… con todas sus consecuencias. Hoy se cumplen 300 días exactos de aquel éxito y el camino de Josele se ha llenado de curvas precisamente desde un US Open, aquel que festejó en el campo de Hazeltine, a otro, el que esta semana disputa en Oakmont y que supone su debut como profesional en un grande.
“Yo lo que quiero es dejar huella en el deporte, escribir mi historia”, decía Ballester a EL PAÍS en el pasado Open de España. Esa historia había comenzado en el Club Mediterráneo de Borriol, apadrinado por Sergio García y entrenado por el padre del campeón, Víctor. Y prosiguió en los meses siguientes a Hazeltine con el cierre de su etapa universitaria en Arizona, allí donde también se forjó Rahm. Como amateur jugó el pasado Masters de Augusta, un torbellino de emociones: se entrenó con Olazabal, Rahm y García, tres chaquetas verdes, compartió las dos primeras rondas con el número uno mundial, Scottie Scheffler, y tuvo que pedir perdón por carta al torneo por orinar en al famoso arroyo de Rae’s Creek junto al green del hoyo 13 porque no sabía que cerca había unos baños. No pasó el corte.
He made that one from Altoona!
— U.S. Open (@usopengolf) June 12, 2025
Reigning U.S. Amateur champion Josele Ballester with a heat-seeker 🐥 from nearly 87 feet. pic.twitter.com/6phUbmGGWf
Por entonces ya estaba sobre la mesa el gran dilema: Liga saudí o circuito americano. Ballester no alcanzó el número uno del PGA Tour University, la plaza directa al PGA Tour, y en lugar de foguearse en el Korn Ferry, la segunda división, e ir masticando el ascenso de división, aceptó la oferta de LIV, un contrato multianual en el equipo de su mentor Sergio García, los Fireballs. Así firmó la semana pasada su debut profesional en el LIV de Virginia, un estreno muy discreto (50º clasificado entre 54), y con el mismo sufrimiento ha comenzado en este US Open. El miércoles fue el último jugador en abandonar la cancha de prácticas y ayer compartió ronda a junto a otros dos gigantes, Bryson DeChambeau y Xander Schauffele. El durísimo trazado de Oakmont le apretó de lo lindo: +6.
Jon Rahm fue uno de los pocos jugadores que bajó del par (-1 con dos bogeys, un birdie y un eagle en la tarjeta), a tres impactos del líder J.J. Spaun (-4). El golpe del día fue de Patrick Reed, el cuarto albatros en 125 ediciones del US Open al embocar desde 261 metros en el par cinco del 4 con su segundo impacto. Scheffler vivió una jornada inusual para el número uno y finalizó +3, igual que DeChambeau, por +4 de McIlroy.
🚨 ALBATROSS ALERT 🚨@PReedGolf with a 2 on a par 5, just the 4th in U.S. Open history! pic.twitter.com/FNDFzWwlzT
— U.S. Open (@usopengolf) June 12, 2025
Bogey, bogey, bogey, bogey. La secuencia de arranque de Josele Ballester fue un mazazo. De primeras el castellonense comprobó en sus carnes los dos grandes peligros de un campo larguísimo: un rough que se traga las bolas y unos greens que las escupen. Entre los desvíos en la salida y la dificultad para controlar los golpes en el tapete el español se hundió nada más zarpar. No cantó un par hasta el hoyo 5, volvió a patinar en el temible par 3 del hoyo 8 (260 metros) y cerró los primeros nueve con seis arriba. La depresión la curó en el segundo tramo con dos putts kilométricos. Donde antes había errado en las distancias cortas, acertó desde mucho más lejos: un emboque desde 19 metros en el 12 y otro desde 26 en el 14 con el que al fin asomó una sonrisa en la cara. Acabaría apretando el puño para celebrar un bogey, tal era la tortura de sobrevivir a Oakmont.
Finaliza así la J1 del #USOpen para Josele Ballester.
— Golf en Movistar Plus+ (@MovistarGolf) June 12, 2025
⛳️+6 con una vuelta de 76 golpes.#AquíGritamosGolf pic.twitter.com/Edw50zPScZ
“Posiblemente es el campo más difícil del mundo. No venía con mucha confianza y no he estado muy acertado al principio y al final, pero he conseguido disfrutar. He pagado la falta de experiencia en este nuevo mundo profesional. He vivido mucha presión como amateur, pero nada te prepara para esto”, analizó Josele; “temía no estar a la altura, pero si estoy aquí es porque me lo merezco”.
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